martes, 26 de octubre de 2010

Verde verde verderón

El domingo nos despertamos en Bilbao con que la ría había cambiado de color. Ya no era de ese color entre marrón y azulado tan poco salubre que suele tener siempre si no de un color un poco más especial (o espacial si conocen a Hal Jordan): verde.

No me acerqué a la ría ese día (y miren que es casualidad porque casi todos los domingos la cruzo entre una o dos veces) así que no puede hacerle fotos. De todas maneras aquí tienen las fotos que sacó El Correo (periódico local) por si tienen curiosidad.

Me enteré por el telediaro cuando dijeron que alguien había arrojado un colorante no tóxico (esto es muy importante, si van a teñir un caudal de agua asegúrense de que no hacen daño a nada ni a nadie) en distintas partes de la ría y que la habían teñido de verde. Al principio creí que era un movimiento artístico o algo así, como cuando Homer inunda Springfield para hacer que parezca Venecia en un capítulo de los Simpson. Y lo cierto es que a mi me pareció bonito. El único problema que le veía es que se tratase de un vertido contaminante pero cuando dijeron lo de colorante no tóxico cayeron todas mis reticencias y me dediqué a disfrutarlo.

Los canales de Springfield

Después nos enteramos que fue obra de activistas anti-TAV(Tren de Alta Velocidad) para llamar la atención. Habrá gente de acuerdo con el TAV y gente que no. Pero he de reconocerles que el ver un tramo de la ría con un color tan poco usual me gustó, me provocó una sonrisa. Porque si el fin no debería justificar los medios, ¿puede el fin invalidar los medios? Personalmente no comparto el fin de los que llevaron a cabo el "teñido" de la ría (al menos hasta que me informe más sobre el tema) pero eso no me impidió disfrutar el ver la ría distinta por un día. Y es que hay veces en las que la vida te sorprende con pequeños gestos que te hacen sentir que no has perdido la ilusión de ver cosas nuevas.


Pd: Les tengo que confesar que desde que ví las imágenes de la ría con ese color supe que tenía que poner esta canción. Y si se han quedado con ganas de más aquí tienen un poema de Lorca.

viernes, 22 de octubre de 2010

Entrevista (II)

Hoy he tenido la "segunda parte" de la entrevista que os comentaba en la entrada anterior. Ayer me llamaron los de la empresa de selección de personal para decirme que la compañía que les había contratado a ellos quería conocerme mejor. Me dieron el nombre de la empresa (una multinacional) y me dieron cita para hoy.

Nada más colgar me puse a preparar la entrevista mientras los nervios acababan con lo que hasta entonces había sido un apacible día. Lo primero, informarme a través de Internet de la empresa que quería entrevistarme: a qué se dedica, cómo es de grande, áreas de negocio... También busqué y repasé por encima los apuntes sobre los conocimientos que demandaba esa oferta de trabajo en concreto. Y por supuesto volver a repetir mentalmente la lista de virtudes y defectos hasta interiorizarlos o hasta alcanzar el nirvana (no, este nirvana no), lo que sucediese antes.

The Loser controlando la situación

Con todo preparado me he acercado hasta el lugar de la entrevista. Allí, tras comunicar al guardia de seguridad que tenía cita, una chica me ha llevado hasta una sala dónde ella misma y un compañero suyo se han puesto a hablar conmigo. Nada más sentarme me ha dado la impresión de que ellos estaban más nerviosos que yo. No parecía que supiesen muy bien que decir. Me han comentado en qué consistía el puesto y que se trataba de una sustitución, pero tampoco me han hecho muchas preguntas.Yo por mi parte les he comentado mi (poca) experiencia laboral y he intentado dar una imagen alegre, optimista y mostrar mis ganas de trabajar y mi interés por el puesto. Entre 5 o 10 minutos después de entrar han dado por finalizada la entrevista y me han comentado que la empresa de selección de personal nos comunicaría a los candidatos si estábamos elegidos o no. "¡Qué bien! Así no tengo que llamar yo dentro de una semana para confirmar que no me han cogido. Debería ser siempre así". Y tras pensar esto me he vuelto a casa.

Uno de los entrevistadores (dramatización)
Nada más llegar a mi hogar, dulce hogar, apenas una hora después de salir de la entrevista me han llamado y me han dicho que no me han cogido. ¡UNA COCHINA HORA DESPUÉS! Lo que quiere decir que en menos una hora ya me habían rechazado. Como me dice mi madre probablemente para cuando han hablado conmigo ya tenían elegido a alguien. Pero en ese caso, ¿por qué no me han llamado antes para cancelar la entrevista y así ahorrarme el tiempo? Sé que mi tiempo no vale nada pero supongo que para ellos el suyo sí. Y si sólo querían conocer a todos los posibles candidatos para convencerse de que su elección era la mejor podrían haber esperado hasta mañana para decirme que no me seleccionaban. Un poco de tacto porfavor, que todos tenemos sentimientos y estas cosas duelen.

Puede que ya estuviese descartado antes siquiera de salir de casa pero no puedo evitar que mi mente calenturienta piense que les ha bastado verme un instante para saber que no encajo en su empresa y rechazarme. Ahora mismo me siento como si estuviese defraudando a todo el mundo que alguna vez creyó en mi. A mi familia, a mis profesores, a mis amigos. Todos ellos me consideran muy listo, pero yo sigo sin encontrar trabajo. Quizás siga siendo listo y lo esté exagerando todo y mañana lo vea de otra forma, pero en estos momentos me siento muy decepcionado conmigo. Encontrar trabajo es una carrera de fondo y yo hice  el entrenamiento bastante bien, pero ahora me está entrando una pájara monumental y me estoy quedando rezagado. No pido ganar, tan sólo pido encontrar fuerzas dentro de mi para acabar la carrera con cierta dignidad. Pero hay veces que la vida te lo pone tan difícil.


Pd:  Releyendo este post veo que me ha quedado un poco deprimente, pero no se preocupen. Son sólo las impresiones del momento. Una vez que lo he escrito, que lo he sacado fuera, ya me siento muchísimo mejor. De todas maneras les prometo que el próximo post no será tan autocompasivo.

martes, 19 de octubre de 2010

Entrevista

El otro día por primera vez en mucho tiempo me llamaron para una entrevista de trabajo. Me dieron cita para el día siguiente y la llamada la hizo una empresa dedicada a la selección de personal por lo que no pude saber para que empresa era.

Nada más colgar consulté la bandeja de "enviados" de mi correo electrónico para saber cuál de los cientos de currículums mandados era el responsable de esa llamada. Después de un rato di con él. Era la respuesta a una oferta de trabajo de infojobs de hacía una semana en la que pedían alguien con mi carrera (cumplo con esta condición porque da la casualidad de que yo he estudiado "mi carrera") para trabajar haciendo papeleo y con experiencia de un año manejando un programa determinado (con esta condición no cumplo, pero 1 de 2 no está mal, ¿no?). En el currículum que les mandé no decía nada de que  yo supiese manejar ese software así que me extrañó que me fueran a hacer una entrevista.

Busqué en Internet información sobre ese programa (vi que era un programa específico de gestión) y pensé en que la respuesta que iba a dar cuando me preguntasen era que no tenía experiencia pero que era más que capaz de aprender a manejarlo (cosa que realmente creo). Después me puse a leer las guías de orientación laboral que he ido recopilando durante mi feliz estancia en el paro, más que nada por hacer algo e intentar controlar los nervios que se apoderaron de mi.

¿Sería esta el tipo de entrevista que me esperaba?
Al día siguiente salí hacia la entrevista sin saber muy bien que es lo que me esperaba (¿Dinámica de grupo? ¿Test psicotécnico? ¿Prueba de conocimientos? ¿Entrevista en inglés?). Me metí en el metro recitando mentalmente mis puntos fuertes y mis puntos débiles: Responsable, constante, leal, tímido, demasiado perfeccionista, me infravaloro. Responsable, constante, leal, tímido, demasiado perfeccionista, me infravaloro. Y así iba yo hasta que me di cuenta de que me había pasado la parada. ¡Genial! ¡Eso es lo que se llama dominar la situación! "No pasa nada", me dije, "menos mal que he salido con tiempo de sobra". En la siguiente estación cambié de andén mientras me reía de mi mismo y en seguida deshice el camino recorrido.

Al llegar al sitio me sobraba tiempo así que me di unas vueltas a la manzana mientras intentaba calmar los nervios (cosa que no conseguí, por supuesto). Cuando quedaban unos cinco minutos entré al lugar y busqué la oficina de la empresa de selección de personal... y no la encontré. Resulta que me  había equivocado y había entrado en el edificio de al lado. Rápidamente salí de allí volviéndome a reir de mi mismo (cosa que como pueden comprobar, hago por lo menos un par de veces al día) y por fin llegue al lugar de la entrevista sorprendéntemente a tiempo.

Una vez allí me pasaron con la entrevistadora (una chica muy guapa, por cierto) y en cuanto empezé a hablar con ella los nervios desaparecieron. Me preguntó lo típico: coméntame cómo te ha ido en la carrera, experiencia profesional y esas cosas. Cuando me habló de los requisitos que se pedían en la oferta le dije la verdad (nunca mientan en una entrevista de trabajo, se acaba notando): que los tenía de forma teórica y que no había trabajado con ese programa. La chica me explicó que el puesto era para cubrir una baja y que probablemente buscasen a alguien con experiencia real pero que de todas maneras iban a enviar mi currículum por si les gustaba. También me dijo que se iban a quedar con mi currículum por si salía otra oferta de lo mío contar conmigo. La verdad es que fué muy agradable y  me sentí muy a gusto con ella.

Sé que no me van a coger, pero el que me hayan llamado, que sea un posible candidato para alguien me ha puesto de buen humor. Con saber que a veces alguna persona lee  mi currículum, que tengo algo que ofrecer me basta por ahora. A veces hace falta tan poco para ser feliz.

Pd: Esta es la canción que siempre canto en la ducha antes de una cita importante. Si quieren usarla ustedes también tienen mi permiso. Les aseguro que hace que hasta un perdedor crea que a veces se puede ganar.
 

sábado, 16 de octubre de 2010

Perdona, ¿nos conocemos?

¿Quienes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Por qué estamos aquí? ¿A qué huelen las nubes? Son preguntas que quién más, quién menos se ha hecho alguna vez (si todavía no se las ha hecho, tranquilo todavía está a tiempo). Últimamente le doy muchas vueltas a "¿quién soy?". A veces creo conocerme y otras soy un auténtico desconocido para mi. ¿Qué puedo hacer para saber quién soy?

Hace unos cuantos meses, y con la esperanza de prepararme en mi búsqueda de trabajo (que con la que está cayendo en España esa sí que es una búsqueda mitológica y no la del arca de la Alianza, doctor Jones), leí algunas guías de consejos para prepararse para una entrevista de trabajo. En una de ellas se aconsejaba que antes de ir a la susodicha entrevista hay que saber cómo es uno para que ninguna pregunta te pille por sorpresa. A la hora de definirse te pedía que pensases en qué cualidades tienes, qué cualidades transmites que te gustaría que conocieran los demás y cuáles transmites que no te gusta que conozcan los demás para ser consciente de tus virtudes y defectos, con el objetivo de intentar mostrar los primeros al entrevistador y disimular los segundos. Esto está muy bien para preparar una entrevista de trabajo pero si se lleva a un nivel más profundo, pensar tus defectos y virtudes no basta para definirte.

Creo que hay una teoría que dice que el "yo" se divide en dos partes: el "yo" que vive dentro de nosotros y el "yo" que vive dentro de los demás. El que vive dentro de nosotros es cómo nos vemos a nosotros mismos. El otro se refiere a la imagen de nosotros que tienen los demás. Por ejemplo, yo creo que soy tímido, los demás pueden pensar que soy un borde. Yo creo que soy gracioso, los demás pueden pensar que soy un listillo. Entonces, ¿quién tiene la versión acertada de mi?

La conclusión es que probablemente no soy como creo que soy, pero tampoco soy como creen los demás. Para cada persona del mundo seré de una manera distinta (en realidad para la mayoría ni siquiera seré, puesto que no saben que existo) y ninguna será la real. Las opiniones que tengan los demás de mi no deberían afectarme, sólo debería tener en cuenta la visión que tienen de mi las personas más cercanas (desde términos afectivos, se entiende). Jamás  podré saber al cien por cien quién soy, pero no dejaré de intentar descubrirlo. Es la única manera de crecer como persona.

Y por si no os he aclarado nada les dejo este vídeo que lo explica todo muy bien:

miércoles, 13 de octubre de 2010

Presentación

Después de mi primer posteo me he dado cuenta de que no he presentado como es debido este blog. Una buena presentación es muy importante para captar la atención. Todo se basa en presentación, nudo y desenlace, así nos lo enseñaron en la escuela. Y yo voy y a la primera de cambio me salto a la torera. ¡Bravo Loser! Una entrada y ya lo has hecho mal. Tendrán que perdonarme, soy primerizo en esto de los "blogs". Y para resarcirme explicaré las razones que me llevan a escribir esto.

En este blog no hemos leído
este libro, ni ninguno parecido

La verdad es que soy una persona callada, no suelo decir lo que me pasa por la cabeza. Y en contra de lo que pueda parecerle al que por accidente esté leyendo esto (me sorprende que hayan llegado hasta aquí, muchas gracias por leerme) no es por falta de ideas. Tengo un montón de ideas que me bullen en el cerebro, que pasan rápidamente de un lado para otro, que nacen y a los pocos segundos mueren casi sin que me de cuenta de que han estado ahí. Pero no las expreso. Quizás sea porque creo que no vienen al caso.  O porque pienso que no le van a interesar a nadie. O porque soy demasiado vergonzoso y no me siento cómodo compartiendo mis pensamientos. Pero a la noche, justo antes de dormirme, noto que los pensamientos están ahí, empujándose unos a otros mientras tratan de salir. Y es en este punto donde entra este blog.

Mi cerebro necesita una válvula de escape, necesito un sitio donde expresar las ideas que me asaltan. y ¿qué mejor sitio que Internet? Llevaba mucho tiempo dándole vueltas a esto, no sabía si crear un blog o no. Pero por el bien de mi salud mental, que no de la suya (¿siguen ahí? ¡Sorprendente!), he dado el paso. Aquí expondré cosas inconexas, algunas veces no tendrán sentido, muchas otras no tendrán interés. Serán entradas pesimistas si estoy de bajón, alegres cuando gane el Athletic, sin palabras cuando cuelgue fotos que crea interesantes. Pero siempre intentaré escribirlas desde el fondo de mi alma. Con el tiempo espero encontrar mi estilo y que compartan sus opiniones conmigo. Gracias por leerme.

Pd: Intentaré escribir por lo menos un día a la semana, más que nada para obligarme a  exponer mis ideas  por escrito. Llevo sólo dos entradas y veo que me cuesta demasiado transmitir lo que quiero decir. Espero mejorar con el tiempo.

Pd2: En esta entrada si que he usado la estructura planteamiento, nudo y desenlace. Voy mejorando ¿no creen?

lunes, 11 de octubre de 2010

The Loser ha aterrizado

¿Saben ese tipo que sale en algunas películas haciendo del novio del interés romántico del protagonista? No estoy hablando de ese personaje que el director o el guionista han caricaturizado para que te caiga mal desde el primer momento que aparece en pantalla. Yo estoy pensando en ese hombre corriente, simpático, trabajador, buena persona, enamorado de verdad. La chica esta con él porque busca a alguien en quien pueda confiar, que le haga sentirse bien y, sobre todo, que le haga olvidarse del protagonista. ¿Lo tienen en mente? ¿Sí? Entonces sigo.

Al final la chica volverá con el protagonista y nuestro hombre la dejará marchar sin rencor y con una sonrisa agridulce en los labios porque sabe que no es a él a quien quiere. Y al acabar la película, todo el mundo queda encantado y contento porque el chico se ha quedado con la chica y piensa en lo bonito que es el amor. Pero yo me quedo pensando en ese pobre hombre cuyo destino es perder siempre, da igual las veces que veas la película. 

Me quedo pensando en él porque estoy convencido de que podría ser perfectamente ese tipo. Hay gente que ha nacido para ser el protagonista de la película: pasan por dificultades, se superan a si mismos y al final acaban ganando. Yo por el contrario encajo más en el papel del perdedor. Nunca me he sentido como el protagonista de mi vida, más bien creo que soy el secundario de las vidas de los demás. A lo más que he llegado ha sido a secundario de lujo, pero en contadas ocasiones. Qué le vamos a hacer, para que algunos ganen a veces es necesario que otros pierdan. Intentaremos tomárnoslo con una sonrisa (agridulce).