lunes, 21 de febrero de 2011

Feria

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana... (espera, creo que eso no iba así. Me he debido de liar con algo. Mejor vuelvo a empezar).

Hace algún tiempo (y con algún tiempo me refiero a principios de diciembre del año pasado) me encontré con un montón de puestos a la orilla de la ría, entre el puente del Arriaga y el puente del Ayuntamiento. No tengo muy claro de que iba la feria, estuve buscando algún cartel que lo explicase pero no vi ninguno. Tampoco en Internet conseguí encontrar nada. De todas maneras muchos vendedores iban vestidos de manera tradicional, muchos con txapela o vestidas de aldeanas, algún catalán con barretina y hasta algunos vestidos con trajes árabes.

Hice algunas fotografías pero como comprobaran muchas me salen borrosas. Igual es porque la cámara no es muy buena, o igual es porque tengo la manía de mover la máquina antes de que se haya acabado de hacer la foto, todo puede ser. De todas maneras les pondré algunas a continuación. Espero que les gusten.

Como era día festivo y salió el sol después de un fin de semana sin dejar de llover aquello estaba lleno de gente:

Fiesta + sol = gente a mogollón
Había varios puestos de artesanía:

Jabones, bálsamos y perfumes

Cuero y marroquinería

Jarrones de madera
Pero lo que a mi realmente me gustaron fueron los puestos dedicados al noble arte del yantar:

Embutidos tradicionales

Mhhhhhhhh, rosquillas

Dulces árabes

Pinchos morunos

Miel y queso
Todo tenía una pinta exquisita y aquello olía gloria, pero como la comida ya estaba hecha y nos estaba esperando en casa no probe nada. El año que viene tendrá que ser, si es que vuelven.

martes, 15 de febrero de 2011

¡Feliz Big Culo Day!

En un intento de ganarme simpatías para cuando llegue el Nuevo Orden Marciano, yo también quisiera desearles:


¡Feliz Big Culo Day 2011.


Disfruten de este día. ¡Y ahora todos a mover el culo!

lunes, 14 de febrero de 2011

Contradicciones

Me considero una persona racional, lógica si lo prefieren. Sé que el día de San Valentín es una tradición anglosajona que no existía en España hace apenas 50 años. Al igual que ocurre con Halloween los intereses de las compañías, la necesidad del sistema capitalista de vender más y más, han conseguido que para la sociedad actual San Valentín sea una de las fechas del calendario que se deben festejar.


Sinceramente, dudo que exista la necesidad de crear un día para que dos personas que se quieren se lo demuestren por medio de regalos. El amor debería ser una cosa de todos los días, debería expresarse con pequeños gestos cotidianos. San Valentín no es más que un día creado para que la gente gaste y las ventas no caigan. Al final la gran victoria de los grandes almacenes es que la acción de regalar, que debiera ser un gesto espontáneo que no se concretase en una fecha, se convierta en una obligación. Tu chica (o tu chico) te puede decir que no hace falta que le regales nada por San Valentín, pero subconscientemente espera un regalo que le demuestre que la sigues queriendo porque es lo que la sociedad nos ha hecho creer. Así que en realidad el día de San Valentín se convierte en una obligación.

Y sin embargo, hoy me encantaría tener esa obligación.

jueves, 10 de febrero de 2011

Sobre flores y pastores

Todos los veranos voy de vacaciones al pueblo en el que nacieron mis padres. Es un pueblo muy pequeñito que está en La Rioja pero a unos escasos kilómetros de la provincia de Burgos. Mis abuelos también son de allí, así que los primeros veranos de mi vida solía quedarme unas semanas solo con ellos en el pueblo mientras mi padre se quedaba trabajando en Bilbao.

Esos días solía dar muchos paseos por el monte con mi abuelo materno ("yayo" le llamábamos mi hermana y yo para diferenciarlo de mi abuelo paterno, al que llamábamos "abuelo"). Me contaba un montón de historias y de cuentos (que nunca se me ocurrió escribir o grabar y que por culpa de esa falta de previsión se han perdido) y me enseñaba el nombre de los montes: "Aquello Dehesilla, eso los Pies de la Sierra, eso que ves más allá la Solana, aquellos los Tres Picos..."

Antes de ir a la guerra y de emigrar a Chile mi yayo fue pastor así que conocía muy bien los montes y la flora local. De vez en cuando cogíamos manzanilla (sin confundirla con la magarza) para las infusiones. Cuando íbamos a recogerla en las cercanías de septiembre, el suelo empezaba a llenarse de unas flores violetas que crecían a ras de suelo y que guardaban cierto parecido a las del azafrán.

Foto de la Wikipedia
Mi yayo me decía que se llamaban "espantapastores" (aunque la wikipedia dice que el nombre que se le da en La Rioja es el de "espachapastores"). Me decía que el nombre le venía de que cuando los campos empezaban a cubrirse de estas flores los pastores tenían que ir preparándose para la trashumancia (cuando los pastores del norte llevaban su ganado hacia los pastos del sur ante la llegada del invierno). Después pasaba a contarme cómo pasaba las noches durmiendo en el monte, atento a los perros por si atacaban los lobos, y en su mirada se podía ver como revivía aquellas noches de frío y miedo con nostalgia.

Creo que mi yayo nunca hizo la trashumancia pero aún así  me cantaba una canción sobre ella que yo me aprendí:
Ya se van los pastores
a la Extremadura,
ya se queda la sierra
triste y oscura.

Ya se van los pastores,
ya se van marchando,
más de cuatro zagalas
quedan llorando.

No se por qué hoy he vuelto a acordarme de esta canción y de las historias de mi yayo. Quizás sea este sol que tenemos hoy en Bilbao que me ha hecho recordar el sol de aquellos días de septiembre. Sólo sé que cuando he escuchado la versión que hizo Ismael Serrano de esta canción (canción popular que por lo que he visto en Internet es conocida en un montón de sitios de España) no he podido evitar echar mucho de menos a mi yayo. Les pongo la canción a continuación con la esperanza de que él la oiga esté donde esté. Yayo, ésta va por ti.

viernes, 4 de febrero de 2011

Sobre el humor y lo políticamente correcto

El otro día a Nacho Vigalondo se le ocurrió una tontería enorme y la publicó en su twitter. Lo que dijo está en este link (pinchen la palabra "link" si desean leer las declaraciones). Evidentemente se trataba de una broma, un comentario estúpido sin más que personalmente me hace gracia. Pero a miles de personas les pareció una barbaridad intolerable y se lanzaron a un linchamiento 2.0.

Nadie en su sano juicio puede negar el holocausto. Nadie que se considere a si mismo persona puede  no estremecerse con lo que ocurrió en los campos de concentración. De eso es de lo que se aprovecha Vigalondo en su tweet para provocar alguna sonrisa. Su humor es así, raro, negro y brutal. Pero en este país hay gente que se la coge con papel de fumar que no sabe ir más allá, no sabe interpretar. No sabe diferenciar un chiste de una opinión. Y cuando se dan cuenta de que se trata de una broma siguen en sus trece y deciden que hay temas que el humor no debe tocar, que el humor tiene un límite. Puede que un chiste te haga gracia o no, que te parezca transgresor u ofensivo. Hay una línea muy delgada entre lo que hace gracia o se convierte en un insulto y que varía entre una persona y otra, incluso se mueve según el estado de ánimo para una misma persona. Pero poniendo límites al humor lo que se consigue es que todo el mundo piense igual, que no haya disidencia. Y al que se desvía un poco del discurso oficial o al que comete un  error se le machaca, se le pisa por haber intentado pensar diferente y se le marca para el resto de sus días.

Este es el resultado de lo"políticamente correcto" que han popularizado nuestros políticos. Hay que decir siempre las mismas cosas porque si te sales del discurso "aceptado", si le dices a los demás cosas que no quieren oír automáticamente te etiquetan y te rechazan. Así lo que se consigue es que no pensemos, simplemente demos las respuestas del "manual". Un triunfo de la neolengua de la que hablaba Orwell en su libro 1984. Cada vez estamos más cerca a que todas las publicaciones se parezcan a la que comenté en mi post anterior.

Yo he contado chistes crueles. Me río con el humor negro (aunque he de reconocer que luego me siento un poco mal). ¿Significa eso que soy un desalmado?¿Es eso muestra de que no tengo sentimientos, de que no soy capaz de llorar, de que no me afectan las tragedias, de que soy una persona horrible? Siempre he pensado que no pero visto lo visto igual resulta que estaba equivocado y que soy una lacra para la sociedad. Tendré que dejar de pensar.

Sí, me hace gracia y me parece ingenioso.