viernes, 7 de enero de 2011

Subida al monte

El día 26 de Diciembre, después de los excesos de Nochebuena y Navidad, unos amigos y yo decidimos subir al Pagasarri. El Pagasarri es un monte que está al lado de Bilbao. Es muy bajito, tiene una altura de sólo 673 metros y su dificultad es prácticamente nula. Además uno puede acercarse en coche hasta muy cerca lo que lo hace todavía más accesible. Una elección perfecta para ir al monte sin hacer demasiado esfuerzo.

Quedamos hacia las 9 de la mañana con el bocadillo ya hecho y nos acercamos en coche hasta la base del monte. Aunque hacía frío (unos 0 grados en Bilbao, algunos menos según nos acercábamos al monte) el día amaneció soleado, por lo que nos pareció una bonita mañana para disfrutar del silencio, de la tranquilidad y de la soledad del montañero. Lo mismo le debió parecer al resto de los ciudadanos de Bilbao porque cuando llegamos casi no encontramos sitio para aparcar el coche. Incluso había gente que ya bajaba corriendo de la cima. Empezamos a subir por el camino que parecía la Gran Vía de lo transitado que estaba. Por el camino pudimos ver que el frío había conservado la nieve caída en el monte pocos días atrás. No paramos hasta llegar a la cima y una vez allí hicimos lo que hace de la montaña una actividad tan gratificante: nos comimos el bocata.

Para evitar futuras suspicacias de lectores desconfiados me aseguré de tomar unas cuantas fotografías que sirven de prueba de mi “colosal” hazaña:

Caminando sin descanso

Un blanco manto

¿Por dónde vamos?

Si Avril con v (el monte, no el mes)

La cima



Pagasarri 673m

Información útil aunque un poco nevada

Vistas desde la cima I

Vistas desde la cima II

La expedición en la cumbre

Vista de Bilbao

Una pequeña capa de nieve

¡Caramba, vaya carámbano!


Una vez cumplido nuestro deber (es decir, una vez comido el bocata) empezamos el descenso. Mientras bajábamos nos cruzamos con un montón de gente que todavía subía. He de confesarles que la bajada se me hizo más cómoda que la subida, quizás por la satisfacción de haber hecho cumbre. O quizás la verdadera razón fue que era cuesta abajo, quién sabe.

Pd: Quisiera agradecer al vecino de mi abuela que haya dejado su red WiFi sin contraseña. Me encuentro en Logroño pasando unas semanas y sin él la publicación de esta entrada hubiese resultado imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario