Hace un par de
miércoles visité el Museo de Bellas Artes de Bilbao con el objetivo de ver una exposición sobre arte Japonés (¿por que en miércoles? se preguntaran ustedes, mi muy avispados lectores. Porque el miércoles es el "Día del Museo" y la entrada es gratuita. Si queridos lectores, tienen razón: el que escribe estas líneas es un
agarrado).
Recuerdo haber estado en el Museo de Bellas artes en otras dos ocasiones. La primera con mi padre, cuando era muy pequeño. Había un montón de cuadros así que sólo pudimos ver unas pocas salas (aquella vez tampoco pagamos entrada porque los museos eran gratuitos por aquél entonces). Algunos años más tarde regresé con el colegio. Es curioso pero hasta que no volví a entrar al museo el otro día no me acordaba de que nos habían llevado allí de excursión. El funcionamiento de la
mente humana es extraordinario.
Cuando llegué allí en principio sólo iba a ver la exposición de arte japonés pero los recuerdos que tenía me hicieron disfrutar de todos los cuadros y esculturas con los que me encontré: El rapto de Europa, La Anunciación del Greco, El retrato de la condesa Mathieu de Noailles de Zuloaga... Me gusto bastante aunque me quedé con las ganas de saber más sobre arte e historia del arte para disfrutarlo más.
Al final llegué a la exposición que me había llevado hasta allí. En realidad no consistía más que en una sala dónde estaban expuestas unas 150 piezas de arte japones, pero son todas piezas muy bellas. Éstas forman parte de la colección de José Palacio que fue donada al museo por su heredera María de Arichavaleta. El contenido de la exposición está en
este artículo de elcorreo.com del que yo me limito a reproducir una parte:
"El recorrido de la exposición arranca con la sección ‘Estampas y pinturas’, en la que destacan las ‘ukiyo-e’, un conjunto de imágenes de inspiración popular creadas por los artistas más representativos de este género, como Utamaro, Hokusai y Hirosige, en las que predominan las figuras de actores de kabuki, teatro clásico japonés del periodo Edo, las imágenes femeninas y los paisajes. Tras estas estampas, una serie de objetos nos descubrirán las facetas bélica, cultural y personal de la figura del samurai.
La ceremonia del té también estará representada a través de una selección de bonitas piezas de cerámica. Cerrará la exposición un apartado, que bajo el nombre de ‘Lo Cotidiano’, mostrará diversos objetos de uso personal que encierran detalles de gran belleza, como cajas, escritorios, pastilleros o sellos para el cinturón del kimono."
En el artículo pone que la exposición acabó el 28 de noviembre pero ha sido
prorrogada hasta el 9 de enero. Si tienen ocasión les recomiendo que vayan a verla. Y si el principal impedimento es la pasta hagan como yo, vayan en miércoles.
Pd: Tenía pensado publicar una imagen mía con falda en vez de esta entrada sobre mi visita al museo pero cada vez que intentaba subir la foto el antivirus me la detectaba como amenaza.